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Artrosis (desgaste del cartílago)

La artrosis, también conocida como osteoartrosis, una enfermedad frecuente en las personas de mediana y avanzada edad. Es la enfermedad degenerativa más común de la rodilla y la cadera.

El cartílago articular es el tejido liso y blanco que cubre los extremos de los huesos donde se juntan para formar articulaciones. El cartílago sano en nuestras articulaciones produce el ácido hialurónico es una sustancia natural que se encuentra en el líquido sinovial que rodea las articulaciones. Este último, actúa como un lubricante para permitir que los huesos se muevan suavemente unos sobre otros y como un amortiguador para las cargas articulares.

Con el paso del tiempo al desgastarse el cartílago, se deteriora y se pone áspero. Entonces, se percibe dolor en la zona que no está protegida por el cartílago cuando la articulación se moviliza. Cuando el cartílago se desgasta por completo, los huesos se frotan una contra otro. Y, para compensar la pérdida de cartílago, los huesos dañados pueden comenzar a crecer y formar dolorosos espolones.

Los síntomas más frecuentes de artrosis son: el dolor y la rigidez de la articulación, que por lo general empeoran por la mañana o después de un período de actividad.

Como la artrosis empeora con el transcurso del tiempo, cuanto antes inicie el tratamiento mejor será el resultado. 

El plan de tratamiento será desarrollado para aliviar el dolor y reducir la rigidez de la articulación. Siendo un factor importante en la toma de decisiones, el grado de artrosis que presenta.

En casos leves, si el dolor no interfiere con su vida diaria, es suficiente primero algunos cambios en su estilo de vida para proteger sus articulaciones y reducir el avance de la enfermedad, como ejercicio, pérdida de peso, rehabilitación y el uso de analgésicos.

 

En personas con artrosis tienen una concentración de ácido hialurónico más baja de lo normal en sus articulaciones. La preservación del cartílago articular mediante la aplicación de ácido hialurónico (viscosuplementación) dentro de la articulación puede aliviar el dolor y permitir una mejor función para mantenerse activo.  

Si el dolor afecta su rutina diaria, o no se alivia con los métodos iniciales, o si su dolor empeora y le provoca incapacidad. Deberá considerarse la cirugía.

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